jueves, 24 de junio de 2010

LA MALDICION DE LOS FINALISTAS.




Decepcionante. Es el término que más se ajusta al presente de Italia y Francia tras su paupérrimo papel en Sudáfrica.
Habían alcanzado la cúspide en Alemania cuando se enfrentaron en la final y hoy se despiden sin pena ni gloria del ‘Continente Negro’.
Francia fue la primera en caer y si bien es cierto su clasificación (con mano incluida) podía vaticinar la peor de las suertes, nada hacía presagiar el fatídico desenlace: fuera en primera fase y últimos de su grupo.
Los galos igualaron ante Uruguay, cayeron frente a México y también ante los anfitriones para irse por la puerta falsa con un solo punto de nueve en juego. Tremenda decepción.

Pero lo del campeón fue peor.
Y es que pese a tener un grupo sobre el papel accesible (no me vengan con que Nueva Zelanda y Eslovaquia son rivales de peso) el equipo de Marcelo Lippi no pudo conseguir un solo triunfo.
Italia empató con Paraguay, no pudo con Nueva Zelanda y hoy completó la trilogía de la vergüenza cayendo contra una selección que jamás había jugado un Mundial.
Hace cuatro años eran los monarcas; hace cuatro años disputaron una final, pero hoy se van por las puertas falsas… eliminadas en primera fase y últimas en sus respectivos grupos.

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