I
"Crolo" iba con su perra, y al ver un bar decide dejarla atada
a un árbol y entrar a beber algo.
En eso iba pasando un policía, y como la perrita estaba en celo, había
muchos perros machos alrededor suyo.
El policía decide entrar al bar y pregunta:
-¿De quién es la perra del árbol?
"Crolo" algo borracho contesta: ¡Es mía!
El policía le dice: Su perra esta en celo.
-¡No puede ser, si yo no le he dado motivos! - Contesta
"Crolo".
Dice el policía: No señor, quiero decir que su perra esta alzada
-¡Pero no puede ser, si yo la deje en el piso!
- Señor, lo que le digo es que su perra está caliente.
Y "Crolo" dice: ¿Pero si yo la deje en la sombra?
El policía enojado le grita:
- ¡Que su perra quiere tener relaciones sexuales!
Y el borracho le contesta:
-Pues ándale hijo… ¡yo siempre quise tener un perro policía!
II
La
tesorera de una Comunidad queda para tomar unas chelas con la Agente Municipal
del mismo pueblo.
Y
cuando estaban muy borrachas, les entró ganas de hacer pis, salieron y lo
más cercano que encontraron fue el Cementerio del Distrito.
La
Agente Municipal se limpió con su ropa interior y las tiró y la tesorera cogió
una cinta del cementerio y se limpió con ella.
- Al
día sgte los maridos se llaman por teléfono:
- Oye
Artu, mi mujer llegó borracha a casa y sin calzones.
- Curuju
Maury, lo mío es peor, llegó borracha y llevaba colgando una cinta que decía:
-
"Tus amigos del
Mercado de frutas no te olvidan".
III
Llega "Miguelito" al bar "Cholibiris" de Coayllo con
una radio bajo el brazo ofreciéndola en venta. En una mesa cercana hay
varios lugareños quienes al verlo humilde se proponen quitarle la radio
sin pagarle un centavo. Uno de los lugareños le comenta a los otros:
Les aseguro que con unas cervezas encima, terminará rebajando el
costo de la radio hasta casi nada.
Por lo que lo invitan a sentarse con ellos. Entonces, pregunta el
lugareño:
- En cuanto nos vendes tu radio?
En 30 dólares, responde de manera ingenua.
Ok dice el lugareño, vamos a tomarnos unas cervezas y luego
hablamos.
Al cabo de un rato ya se han tomado varias cervezas cada uno y el
lugareño vuelve a preguntar:
- Y entonces, ¿En cuánto la vendes?
Bueno, deme 10 dólares, responde "Miguelito".
Me parece mejor, dice el lugareño.
¡Vamos, te invito otras cervezas!
Luego de un buen rato le pregunta nuevamente a
"Miguelito",
- Y ahora, ¿En cuánto me la vendes?
Deme 5 dólares para poder ir a mi casa.
El lugareño, viendo la posibilidad de quedarse con la radio,
decide continuar con la ronda de cervezas y luego de otro buen rato
insiste:
A lo que "Miguelito" responde:
Le voy a decir la verdad, yo quería vender la radio para beber
cerveza, pero como ya estoy borracho he decidido no venderla e irme ya a mi
casa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario