jueves, 5 de agosto de 2010

CUENTA LA HISTORIA: "DONDE HAY HOMBRES NO MUEREN HOMBRES".


En la década del 40', y cuando Prisco Alcalde, ya en sus últimos años en el fútbol, estaba jugando de zaguero en alianza lima, le tocó enfrentar al gran LOLO Fernández, en un clásico frente a los cremas.

Al promediar el primer tiempo se cobró un tiro libre a favor de la U . A 40 metros de la valla que defendía el arquero aliancista Arenaza. "Lolo", como de costumbre, se encargó de ejecutar el disparo. Puso la pelota sobre un montoncito de pasto, pateó el suelo tres veces con la punta del pie, se acomodó la redecilla y se aprestó a correr para lanzar uno de sus mortíferos cañonazos.

Pero al ver que Prisco estaba en la barrera, le gritó: "Quítese tocayo, quítese por favor..."
Prisco sacó pecho, se encogió de hombros y gritó, envalentonado: "Tire nomás primo... tire nomás, que donde hay hombres no mueren hombres..."

"Lolo" retrocedió tres pasos y luego avanzó empalmando un fúsil con alma, corazón y vida. Prisco se adelantó ligeramente y puso la cabeza desviando la pelota para caer inmediato al suelo, privado del conocimiento. Corrieron a ayudarlo y al ver que no reaccionaba, se lo llevaron de emergencia al hospital Italiano que quedaba en la avenida Abancay.

Dice "Lolo" que al terminar el clásico, fue a ver a Prisco y cuando llegaba a la sala apareció una camilla con el paciente tapado por una blanca sábana. "Ya se murió mi tocayo" , dijo preocupado.

Recién le volvió la calma cuando lo llamó "Titina" y le dijo que Prisco estaba recuperándose. Todo no pasó de una fuerte conmoción cerebral y cuando se alejó el peligro, "Lolo", con su chispa de siempre, dijo que a partir de esa fecha, Prisco Alcalde perdió la memoria por completo... en lo que a pagar deudas se refiere.

Fuente.: "Cuestón de fútbol" Manuel Doria"

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