Perú hizo su negocio, quizás presagiando lo que será la dura Eliminatoria en tierras de altura. La bicolor después de quince años sumó en La Paz, jugando bien. Palmas para el esquema táctico de Don Sergio Markarián, un viejo zorro, que da seguridad y hace pensar en cosas positivas.
Había que correr, meter y luchar cada pelota como la última a 3,650 metros de altura. Había que pelearle de tú a tú, a estos bolivianos que se creen intocables en La Paz.
Sin embargo, ayer los hijos de Evo Morales se quedaron con la boca abierta porque los obreros del 'Mago' le cerraron los espacios y, de manera inteligente, le quitaron el cartelito de favorito.
Perú amarró a los “boliches” porque Edwin Retamoso se “comió” la cancha con mucho orden y actitud. Por la entrega de Luis Trujillo, la pausa de Juan Carlos Mariño, la experiencia de Santiago Acasiete y Christian Ramosen el fondo, la seguridad de Leao Butrón en el momento justo y la desfachatez de Luis Advíncula, para no tenerle miedo a la altura y encarar siempre.
Fue 0-0 y vale como triunfo para agarrar moral para el futuro, porque pese a que los bolivianos intentaron “madrugarnos” con los centros al área, Perú tuvo altura para defender y fue solidario para la marca y el contragolpe. Bolivia llegó con opciones contadas con los dedos al arco de Butrón.
Para la anécdota y estadística quedará el ingreso de Claudio Pizarro a los 89’. El 'Bombardero' con cinco minutos en el campo de juego, buscó y trató de encarar el área rival.
'Pizza' corrió como si estuviera en el llano o jugando con la camiseta del Werder Bremen. Y vale porque ya siente la camiseta y sabe que en este grupo no hay lugartenientes o generales, sino obreros, que se matan por la camiseta.
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