Por Rosario Salazar
y Jorge Luis Cruz
“Voy a jugar la Copa América”, dice Juan Vargas. Uno lo escucha y dan ganas de olvidarse de la gravedad de su lesión y de las dos (o tres) semanas que le tomaría recuperarse.
“Voy a jugar la Copa América”. Uno lo escucha y en serio que dan ganas de creerle. La confianza a veces es una terapia que lo cura todo. Y dan ganas de pensar de que esta será una de esas veces.
Yo tomo esto de la mejor manera. Al mal tiempo, buena cara. Voy a trabajar para recuperarme y estar en los partidos que se vienen.
Sí, porque estaba enchufadito y quería jugar esta Copa América. No, espera, la voy a jugar. Tengo fe en que me voy a recuperar y voy a llegar. No me quiero alocar, tampoco. Voy a trabajar tranquilo en la recuperación. Lo único que yo quiero es jugar la Copa, nada más.
Mala racha. Justo hablaba con Claudio y me decía que también es el primer año en su carrera que sufre tantas lesiones. Pero esto se supera con buena onda y siguiendo las ordenes del médico.
No, porque el campeonato italiano lo terminé bien. Los clubes ya saben quién soy. No tengo que demostrarle nada a nadie. Sí me molesta esta racha negativa, pero son cosas que pasan.
Yo intento hacer bien mi trabajo, y me parece que hay mucha gente que está feliz de que a uno le vaya bien. Mucho de mi esfuerzo está movido por el deseo de ver a la gente feliz con lo que yo les brindo en la cancha cuando juego.
La verdad que yo prefiero no escuchar eso. Esta no es la primera vez que lo digo: para mí jugar por mi selección es lo más grande que hay. No creo que nadie pueda dudar de eso. Los que me conocen saben que amo a la selección.
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