Hay historias que parecen novelas de ficción, pero sucedieron. Cuenta don Armando Leveau, un coleccionador de historias íntimas, que Alejandro Villanueva era un fanático de los gallos, pero no porque le gustaba las peleas, sino para llevarse los animales muertos a su casa, donde todos los miércoles le preparaban un rico caldo para “curar” las borracheras (tomaba desde la noche del domingo hasta la madrugada del miércoles).
“‘Manguera’ se aparecía en el coliseo de Sandia, que estaba por el Parque Universitario, cerca de las 7 de la noche y lo hacía luego de los partidos por el torneo. Se ponía a chupar con Rostaing, Neyra, Sarmiento, Magallanes y cuando era la medianoche y cerraban el local, cargaba con todos los animales muertos y los mandaba a su casa para que los desangren dos días y luego su familia le hacía un rico caldo que lo tomaban con sus compañeros para curarse de la borrachera”, narra con avidez Leveau dentro de su oficina, enmarañada con cuadros, libros y fotos de los aliancistas del pasado. “Con ese levantamuertos iniciaban sus entrenamientos los miércoles con ganas y fuerza para ganar el partido siguiente”.
Y es que una noche a veces no era suficiente para “Manguera”. Y como no iba a serlo si su abuelo fue un célebre decimista, un relator de historias, un bohemio.
Y le decían 'Manguera' por alargado y moreno. Medía un metro con noventa y dos centímetros. Nació un 4 de junio de 1908, y falleció el 11 de abril de 1944. Jugó 16 años en Alianza Lima, equipo con el cual logró 6 títulos (1927, 1928, 1931, 1932, 1933, 1939). Falleció a los 35 años de tuberculosis en el Hospital Dos de Mayo.
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